Historia de mis motos. Ducati 900 Desmo SS


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La primera vez que me puse a los mandos de la Ducati Desmo 900 SS, yo tenía ocho años y vestía pantalones cortos. La moto estaba subida al caballete y yo apenas llegaba a las estriberas, pero ya entonces, acurrucado bajo el carenado, me sentí un piloto de carreras. Era el año 1976, Franco acababa de morir y mi rebelde padre se había comprado una auténtica deportiva. Eran otros tiempos.

Mi padre compró, usó y vendió casi todos los modelos de motos «gordas» de la época. Laverda, Guzzi, Ducati… A la 900 Desmo SS apenas le hizo kilómetros. Era una motocicleta incómoda incluso para él. Monoplaza, dura, de arranque a patada. Pero por alguna razón fue la única que no vendió. Y ahí se quedó, aparcada en el garage, con apenas 10.000 kilómetros. Intacta, preciosa, dormida.

Cuando empecé a estudiar oposiciones, probablemente convencido de que no las aprobaría, me prometió que si lo conseguía, me regalaría algo que el dinero no podía comprar.

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Aprobé aquellas oposiciones que casi me vuelven loco y mi padre cumplió su palabra. La Ducati era mía. La primera patada fue como el suave beso del cuento de la Bella Durmiente. La moto despertó con un rugido. Aquel estruendo bicilíndrico sonaba a leyenda, a motociclismo puro…. a auténtica Ducati.

A veces me preguntan si vendería esta moto. Ofrecen cifras asombrosas por una Ducati 900 Desmo SS completamente original. La respuesta es fácil de imaginar para quien tenga un par de gramos de sentimientos en el corazón. No se puede comprar lo que no tiene precio.

Hoy yo tengo un hijo. Su madre me ha prohibido que le enseñe a montar en moto, que le estimule a ser motorista. Cumpliré mi palabra porque sé lo peligroso que puede ser y ahora conozco el amor intenso que se siente por un hijo y por su madre. Yo no intervendré para transmitirle el amor que siento por el motociclismo. Pero si algún día, cuando sea mayor de edad, decide ser motorista, en el garage tendrá guardada una joya sin precio, una joya azul y plata con el nombre de Ducati.

Categorías: Historia de las motos de Miquel Silvestre, pruebas de motos, Uncategorized | 8 comentarios

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8 pensamientos en “Historia de mis motos. Ducati 900 Desmo SS

  1. Bonita moto y bonita historia

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  2. Anónimo

    Sigo siendo el anónimo de antes en espera de la rehabilitación jajaja Entrañable historia Miguel y mejor contada. Creo que podrás cumplir tu palabra….pero lo que nunca podrás ocultar será tu pasión por las motos y tu hijo lo notará, no te quepa la menor duda. Por cierto mi mas sincera enhorabuena porque con el amor a un hijo conoces ya la verdadera dimensión de esa gran palabra. Y también por cierto, soy padre, me gustan las motos, motorista que no motero y en Gijón llueve y precisamente hoy no hace ´día de moto, me alegro porque no puedo salir jsjaja . Un abrazo, te sigo leyendo.

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  3. Aitor

    Las motos, vistas desde la perspectiva de una persona que no las conoce, son solo un trozo de hierro con ruedas. Pero cuando uno se mete en este mundo, se da cuenta de dos cosas: de que hay sensaciones que solo se pueden sentir encima de una moto y de que se crea entre el motero y su montura algo especial. Por eso estoy de acuerdo en que hay cosas que no tienen precio.

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  4. arearuedas

    Estamos de acuerdo. Las sensaciones que tienes en una moto dificilmente las puedes obtener en un coche. La sensación de libertad, de control total, de inmersión, del ser uno solo transmite y te hace sentir cosas que es muy dificil no poder transmitirselas a tu hijo. Pero como bien dices, si le acaban gustando, tendrá un buen ejemplo a seguir.
    Un placer leerte.

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  5. José Segura Gómez

    Yo tuve la versión «civilizada» . la Dharma 900ss. Han pasadso 30 años y aun tengo buen recuerdo de ella. No te derprendas nunca de esa joya, Miguel.

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  6. José Ignacio Roldán

    No tiene precio esa moto, cuídala y esperemos que a tu pequeño le nazca el rugido de un motor dentro del corazón.

    Un placer leerte Miguel.

    Un abrazo desde Ceuta.

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    • Anónimo

      JJajajaja. La historia de esa moto, (su precio en el año 1977(no 1976) fue de 375.000 pesetas; un precio ciertamente enorme,) la conozco bien, En la epoca fue unica-y ahora tambien- pero servia para lo que servia, no para callejear porque el recorrido de su manillar es corto, pero en carretera era-y todavia es- inigualable. Se importaron 8 de la clindrada 900. y otras tantas de 750. Esta es la unica que queda intacta, tal como salio de fabrica, sin el mas minimo aditamento. Lo que dice MIquel Silvestre de que su padre vendio todas las motos que tuvo, excepto esta, es cierto, pero esta no la vendio porque el sabia que era una joya. Por lo demas no creo que sea rigurosamente exacto que su progenitor dudase de su capacidad para aprobar las oposiciones, aunque si es cierto que pudo hacerlo antes. En fin, ya todo es historia. Por cierto, conozco bien la misma porque soy el padre de Miquel Silvestre.

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